Patrimonio Arquitectónico

Autoría textos: Aurelia Balseiro García

 

Según la Ley 5/2016 de 4 de mayo del Patrimonio Cultural de Galicia, integran este patrimonio, entre otros, los inmuebles y conjuntos, obras de arquitectura y ingeniería histórica, edificios de arquitectura civil de uso público anteriores a 1926 y privados anteriores a 1803, infraestructuras y edificios portuarios.

Arquitectura religiosa: Antigua iglesia parroquial de Santa María de Burela de la Villa del Medio. Pinturas murales. Iglesia parroquial actual. Capilla.

Arquitectura civil: Casa Torre de Burela de Cabo. Casa señorial de Vilar. Conjuntos históricos

La antigua iglesia parroquial de Santa María de Burela en la "Villa del Medio"

La denominada iglesia de Villa del medio fue el primero templo parroquial de Burela, dejó de tener culto en 1962 cuando se finalizó de construir la moderna iglesia de Santa María, mucho más céntrica y de mayores dimensiones, apropiada para las nuevas necesidades de una Burela en pleno crecimiento.

Está situada en el conocido barrio homónimo, una de las semillas que dieron origen a nuestra villa. Actualmente tiene planta rectangular y cubierta a dos aguas con la estructura interior de madera.

De la villa de Superato de Burela hay constancia testimonial desde el siglo X y en el s. XII se menciona ya la existencia de la iglesia de sancta Maria de Burela. No obstante, desconocemos su origen o fundación aunque podría ocupar el mismo sitio que el templo tardomedieval.

En el s. XVI Pedro de Bolaño resolvió ser sepultado en la “ iglesia de Santa María de Vurela”. A principios del s. XVIII se le efectúa una ampliación que añadió una nave lateral, segundo consta en una inscripción donde se lee: " Reedificó esta mitad D. José Bolaño Osorio, patrón de la parroquia...año 1719", se construyó el presbiterio y la sacristía más la capilla del Carme quedando el conjunto arquitectónico equilibrado en planta. También la fachada principal de piedra y sillería así como el campanario datan de ese siglo, la entrada tiene un arco adintelado con una ventana encima, sobre ella la espadaña con tres vanos a los que se accede exteriormente para tocar las campanas a través de unas escaleras de piedra adosadas al muro lateral.

En el interior de este bien inmueble el pavimento original era a base de losas y había dos lápidas sepulcrales ilegibles. También se conservan dos pilas agua bendita.

Pero la parte más singular está en sus paramentos interiores, decorados con pinturas que representan escenas de la vida del Señor.

Después del abandono, la primera restauración de todo el conjunto finalizó en 1994 y recuperó esta ex iglesia parroquial que durante tantos años presidió la vida religiosa del lugar siendo testigo de la devoción de la gente del mar por su patrona, la Virgen del Carmen, a la que sacaban en procesión desde la iglesia hasta el puerto, acompañándola con antorchas y al son de las múltiples sirenas de las embarcaciones, para pasearla después por el mar.

Alrededor de la iglesia hay un atrio con un vía crucis. En el s. XIX Madoz habla de un "cementerio que se halla en el atrio y en nada perjudica a la salud pública".

Las pinturas

Las pinturas murales que se encuentran en su interior formaban un conjunto homogéneo y decorarían ambas paredes laterales de la iglesia. Al llevar a cabo los añadidos de la ampliación, se debieron destruir otras pinturas y ahora en su lugar hay dos arcos de medio punto. Estuvieron olvidadas durante mucho tiempo debido al blanqueado con cal al que también fueron sometidas muchas otras iglesias gallegas a partir de finales del siglo XIV por razones fundamentalmente higiénico sanitarias.

En el análisis de las pinturas, se observa en la primera impresión su factura estilística medieval, desafortunadamente en uno de los laterales solo se pueden apreciar claramente las escenas de tres paneles estando los otros tres en tal mal estado que apenas se ven algunos detalles. Son en total seis escenas de la vida de Jesucristo separadas y enmarcadas con unas cenefas de motivos geométricos que las diferencian entre sí pero forman en todo momento un conjunto homogéneo en cuanto a estilo, composición, color y argumento: La Pasión de Cristo. Son las siguientes:

• "Jesús ante el Sanedrín", figura central rodeada de soldados que podemos identificar como el proceso al que fue sometido tras su prendimiento.

• "La flagelación", resultado del proceso civil y religioso fue la flagelación y condena a muerte en la cruz, en esta escena se aprecia una licencia artística dado que los soldados que flagelan a Cristo aparecen vestidos prácticamente de cortesanos renacentistas al igual que los de la escena anterior que aparecen con yelmos y armas propias de la mencionada época. Jesús atado a una columna presenta en su cuerpo las señales de su padecimiento con el llamado por Horacio horrible flagellum representadas de forma simple pero efectista.

• "Santas Mujeres ante el Sepulcro", aparecen tres mujeres que pueden ser María Magdalena, María de Santiago y Salomé o en lugar de esta última, Juana, flanqueadas por un joven en la cabecera del sepulcro y un anciano a los pies que podría ser Juan y José de Arimatea.

Suponemos que el resto de los paneles continuarían la misma línea representando la Pasión de Cristo con una finalidad pedagógica elemental puesto que enseñaban a los fieles que entonces no sabían leer, los milagros de la vida de Jesús. En el otro lateral de la iglesia se conserva otra escena al lado de la puerta principal enmarcada también con una cenefa que parece representar a:

• "Jesús en el Monte de los Olivos", aparecen unos soldados de la misma factura que los de "Jesús ante lo Sanedrín", que aquí dada la representación de pequeños árboles que bien pudieran ser olivos, tendría sentido que fuera su precedente cronológico, es decir, Jesús en el Monte de los Olivos.

Los colores más utilizados son los azules, ocres y rojos por lo que su gama cromática tal como hoy llega hasta nosotros con las limitaciones de su mala conservación y del paso del tiempo, es sencilla. El dibujo está cuidado y remarcado con líneas gruesas que delimitan y marcan las figuras y los contornos.

La composición de las distintas escenas responde a un estudio previo, sirva como ejemplo el eje central de la columna a la que está atado Jesús en la escena de la flagelación o la práctica isocefalia de los personajes en la representación de las Mujeres ante el Sepulcro. La perspectiva no le interesa al pintor cuando perjudica la mejor visión y compresión del tema que plasma. Con todo, consigue crear sensación de profundidad con otros recursos.

Las figuras presentan una reposada inexpresividad común, en lo que se refiere a su tamaño se respeta sumariamente el canon humano real en todas. Al enmarcar las escenas con cenefas de motivos geométricos variados, quedan muy delimitadas y aisladas dándoles también cierto arcaísmo.

En cuanto a la localización de las pinturas en el templo, responde a criterios fundamentalmente didácticos, de forma que las escenas van por orden cronológico desde la entrada de la iglesia hacia el altar.

Para concluir con el análisis estilístico reconocemos que son obra del mismo pintor o maestro por su unidad formal y por tratarse de un conjunto homogéneo.

La datación de las pinturas de la iglesia de Villa del Medio supone una reflexión sobre todos los elementos que las componen dada la ausencia de documentos donde se especifique exactamente la época en que fueron realizadas. García Iglesias constata la existencia de un gran número de conjuntos pictóricos murales datados alrededor del 1500 con criterios absolutamente góticos y mismo en toda la primera mitad del siglo XVI hay pinturas murales gallegas de raíces góticas. Sin embargo, en Galicia de los siglos XIII- XIV subsisten pocos ejemplos debido sobre todo a los revocos o repintados que se hacían en las iglesias por el desgaste del tiempo. Otra referencia importante para datar estas pinturas es la constatación de que la finales del S. XIV se blanquearon con cal numerosas iglesias por razones profilácticas (evitar la propagación de las pestes) y se dejó de decorar con pinturas murales primando los retablos.

Señalamos, entonces, que la pintura gótica en Galicia es relativamente abundante, que su medio favorito era el mural y que continuaron sus características formales hasta el S. XVI. Por eso, aún en pinturas del S. XVI y mismo del siglo S. XVII, se observa una tendencia al arcaísmo poco acorde con el estilo pictórico vigente en los grandes núcleos artísticos, y más si se trata de focos o pintores locales. Sin buscar paralelismos técnicos o de ejecución, está clara la influencia de las espléndidas pinturas de la basílica de San Martiño de Mondoñedo datadas en torno al 1500, en algunos casos también enmarcadas por cenefas de motivos geométricos y con inscripciones.

A través del vestuario de los personajes que aparecen en las pinturas también observamos que los trajes a base de mallas finas, faldellines y sombreros de tipo italiano que llevan los hombres así como los yelmos y armas de los soldados son típicas del Renacimiento (s. XVI). Por otra parte, en la escena de Jesús ante lo Sanedrín hay unas inscripciones pintadas semejantes al alfabeto gótico de miniaturas de los siglos XV y XVI, es una lástima que en el pequeño trozo que se conserva de esta escritura no se aprecie alguna inicial que nos podría indicar una época más concreta segundo fuera su ornamentación y tamaño.

Finalmente, según los razonamientos expuestos anteriormente y dadas sus características estilísticas, concluimos encuadrando las pinturas murales de la iglesia de Villa del Medio entorno al siglos XV - XVI. Así hablarismod de un Gótico tardío que mantiene esa factura arcaica/medieval tanto en composición, colorido, etc., lo que dada la situación de Burela de aquella, alejada de los centros artísticos gallegos importantes, excepto San Martiño de Mondoñedo (Foz), podría tratarse de una muestra de la perduración de la pintura mural rural, aunque el artista se basase en modelos del entorno del “maestro de Mondoñedo”.

En Burela de Cabo se halla una capilla conocida cómo la de Santa Catalina que se cerró al culto la fines del S. XVIII. Aún pervive el topónimo de “A Capela”. Este núcleo poblacional tiene origen altomedieval.

Otro ejemplo de arquitectura religiosa sería la actual iglesia de Santa María finalizada en 1962.

 

Arquitectura Civil

La mayor parte de los edificios del patrimonio arquitectónico civil de Burela son casas familiares del siglo XX a las que se añaden una antigua escuela unitaria, la vieja casa rectoral y una fábrica de cerámica (factoría de Gres Burela), destacando la casa de la torre en Burela de Cabo y el rehabilitado pazo de Vilar.

Casa Torre situada en Burela de Cabo y casa señorial en Vilar.

En el testamento de los dos hermanos Fernán Díaz de Ribadeneira y Pedro de Bolaño vienen citados estos dos edificios.

La Casa Torre le pertenecía a Fernán Díaz, mientras el pazo de Vilar era de Pedro de Bolaño. En el S. XIX se tiene conocimiento de la existencia de esa casa que la siguen heredando hasta que doña María Josefa Quiroga y Moscoso casada con Antonio Ribadeneira Acevedo la vende a don José Sandino Miranda, al que sucede Ramona Miranda y Mon, que a su vez la vende a Nicolás Díaz Sánchez.

Actualmente en el mismo lugar se construyó un edificio que solo conservó el escudo, en el que lucen las armas de la familia que dio origen a la edificación, también conocida como la casa del escudo.

Dibujo de Xosé Antón García G.-Ledo (CSIC-XuGa), Biblioteca del Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento.

Descrición do escudo:

Escudo cuartelado de Vaamonde ( jaquelado) y de Parga (tres fajas). Al timbre, corona abierta sobre lo M que forman los cabos de dos anzoles, acolados y flanqueados de sendas águilas. Cronología: fallezcas del XV, inicios del XVI.

Además de su valor histórico, los escudos anteriores a 1901 son bienes de interés cultural y también se incluyen en el patrimonio artístico.

Baliñas y González (2017) determinan que la casa torre o casa fuerte de Burela de Cabo se data en el siglo XV y en origen sería una fortificación señorial relacionada con la población y con las actividades económicas del puerto1.

El pazo de Vilar en el siglo XVI era un complejo residencial y productivo. Pedro de Bolaño y sus descendientes fueron sus dueños. En el siglo XX los nuevos propietarios reconstruyeron totalmente el edificio aprovechando solo las paredes por encontrarse el edificio en ruinas.

Conjuntos históricos

Del paisaje histórico local existen actualmente pocas huellas de los bienes inmuebles existentes en los principales núcleos de la villa medieval: Burela de Cabo, Vila del Medio, Puerto de Burela y Vilar que principalmente continuaron configurando de este modo el territorio hasta el s. XX. Así y todo llegaron hasta nosotros con las transformaciones del paso del tiempo, los siguientes conjuntos singulares urbanos:

- El conjunto urbano formado por las viviendas sociales en la Avenida de la Mariña. De planta pequeña, de una o dos alturas, muchas adosadas, datan de la década de los cincuenta del siglo pasado. Eran las viviendas sindicales de pescadores llamadas aún ahora “Casas baratas”.

- Las antiguas instalación portuarias: naves y Lonja (s. XX); sin embargo, el puerto de Burela está documentado desde finales del s. XV dentro del marco histórico de la aparición de una serie de áreas portuarias señoriales en la marina lucense. ( Baliñas, González, 2017)

- El Conjunto y edificaciones de la Villa del Medio, que forman un típico barrio donde se sitúa la antigua iglesia parroquial. Algunas están datadas entre los s.s. XVIII y XIX.

- El conjunto de edificaciones de Vilar, la más antigua es del s. XVIII, se encuentran también en un entorno rural con edificaciones tradicionales.

- El conjunto de Burela del Cabo y calle Pascual Veiga son también testigos del ambiente rural tradicional ahora ya mezclado con construcciones más recientes y otras alteraciones urbanas.

 

Notas al pie:

1 Baliñas Pérez, C; González Paz, C.A. (2017); Del castro al puerto: la villa de Burela y los orígenes del poblamiento medieval del litoral gallego en España Medieval. 40, pp.375-407